
Después de superar las comidas y cenas navideñas, recuerdos de otros tiempos en los que los banquetes compensaban la austeridad de la comida de todos los días, apetece despedirse de esos platos de alto nivel calórico y proteico, como el capón, el cochinillo o el lechal, precedidos por sopas sustanciosas, como la escudella o la sopa de picadillo, e interminables picoteos de jamón ibérico, foie de oca y toda suerte de mariscos. Por ello, la propuesta que nos presenta Francesco Tristano supone un oasis de ligereza, un perfecto contrapunto con su toque exótico para los excesos navideños del mes pasado.
Ingredientes para dos personas:
300 g. de mezzi rigatoni
2 calabacines
Pasta de umeboshi
Hojas de shiso (o en su defecto de menta o albahaca)
1 myoga (o en su defecto 1 chalota)
Salsa de soja
Aceite de oliva virgen extra
Un cuarto del zumo de un limón
Orégano
Pimienta
Guindilla
Parmigiano reggiano
Semillas de sésamo tostadas
Elaboración:
Poner los calabacines cortados en dados junto a la pasta en un recipiente con agua hirviendo.
Mientras tanto, mezclar en un bol una cucharada sopera de pasta de umeboshi, otra de aceite de oliva virgen extra, otra de salsa de soja y otra de orégano, junto al cuarto del zumo de un limón, la chifonada de las hojas de shiso y el myoga picado. Añadir pimienta y guindilla al gusto.
Al escurrir la pasta junto al calabacín, guardar un poco de agua de la cocción, que se añadirá y se mezclará con la salsa en el bol.
Finalmente, mezclar la pasta con la salsa y servirla con parmigiano reggiano y semillas de sésamo tostadas por encima.



Este sincretismo entre Oriente y Occidente, nos dice Tristano, exige literalmente de una preparación de unos diez minutos (el tiempo justo que necesita la pasta para cocerse).
¡Que lo disfruten!