Entrevista con el arquitecto Osvaldo Luppi

Osvaldo Luppi, (Buenos Aires, 1974)

Osvaldo Luppi, (Buenos Aires, 1974)

Estudió Arquitectura en la Universidad de Buenos Aires, donde combinó su actividad profesional con la académica. En 2003 se trasladó a Mallorca, donde trabajó asociado con varios arquitectos locales hasta que en el año 2008 fundó OLarq, Osvaldo Luppi Arquitectos. Especializado en arquitectura residencial de alto standing, OLarq ha sabido dotar a su obra de una personalidad propia, alejada de estilos y convencionalismos, centrada en dar la respuesta adecuada a las exigencias de cada proyecto. La obra de OLarq ha sido premiada y seleccionada en los Premios de Arquitectura de Mallorca en repetidas ocasiones. Sus proyectos han captado la atención de la prensa y han sido publicados en libros y revistas de arquitectura.

Motivación e inicios

¿Cómo se inició tu interés por la arquitectura? ¿Recuerdas si hubo un momento concreto en que identificaras claramente ese camino? Cuéntanos en qué etapa de tu vida se produjo y cómo se desarrolló posteriormente.

La arquitectura es una manifestación, quizá la más tangible, de nuestro impulso como especie de imaginar mundos que no existen.

Una imagen de mi temprana infancia es la de esos viajes en carretera de noche desde la ciudad de Buenos Aires a la costa. Cruzando la inmensa llanura pampeana, cada tanto veía pequeñas viviendas débilmente iluminadas en medio de la nada más oscura y trataba de imaginar cómo sería vivir allí. Ese imaginar algo tan distinto a mi realidad urbana, era un pensamiento arquitectónico.

Mi primer acercamiento al diseño fue desde lo objetual. Me apunté a diseño industrial, quería diseñar muebles y objetos. En la Universidad de Buenos Aires, todos los diseños, y la arquitectura es uno de ellos, comparten el primer año. En este curso uno se familiariza con los diferentes diseños como el arquitectónico, el grafico, el industrial, el audiovisual y el de indumentaria. El mensaje era claro y directo: hay una interconexión entre todas las ramas del diseño. La elección de estudiar arquitectura se debió a que pude apreciar que dentro de esta disciplina se puede realmente modificar la vida de las personas y, a la vez, integrar a todos los otros diseños en ella. El hecho de que desde muy chico en mi casa se escuchó opera también hizo huella en mí porque pude apreciar el resultado de distintas artes confluyendo en un solo y gran objetivo: la obra.

¿Además de esta pasión, hubo otros intereses que te atrajeran?

Mis doce años coincidieron con la última aparición del cometa Halley. En un campo familiar, pasábamos noches enteras viendo las estrellas con un telescopio. Aquello era fascinante y por unos años quise ser astrónomo. Quería entender todo eso tan lejano y tan extraño. Este interés, como tantos otros, se evaporó en la adolescencia. Más adelante, al terminar el bachillerato, y antes de decantarme por el diseño, quise estudiar ingeniería genética. Sentía que el futuro estaba en esa disciplina y me interesaba mucho el aspecto creativo que apuntaban las terapias genéticas. Pero a principios de los noventa en buenos aires no existía esa carrera. Se vinculaba más a la medicina y mi interés pasaba más por lo concerniente al diseño genético.

Siempre relacione mi interés por el telescopio primero, por el microscopio después, para, finalmente, trabajar en lo terrenal, como una muestra de que, al final, todo es una cuestión de escalas.

Si partimos del supuesto de que tus referentes iniciales fueron los clásicos de la arquitectura moderna del siglo XX, ¿cómo dirías que han influido en tu obra los distintos entornos en los que has trabajado: Argentina, España, Japón y otros países?

Siempre me intereso mucho la condición universal de la arquitectura.

Mi formación en Argentina me dio amplitud de miras y desprejuicio, al no tener que responder a una herencia tradicional fuerte. De aquellos años viene mi experiencia en la docencia donde pude afianzar y cuestionar mis conocimientos de la disciplina arquitectónica. Todo fue llevando a una necesidad de emprender un viaje vital que me llevo a vivir un año en Japón. De esa experiencia me ha quedado un gran interés por el trabajo artesanal, sobre todo en la madera, y el rigor del detalle. España en general, y la isla de Mallorca en particular, me han dado la posibilidad de plasmar mi concepción del espacio y de la forma contundente, sin artificios y, sobre todo, evocadora de una concepción atemporal de la arquitectura.

 

 

Casa M3, proyecto ganador del premio bulthaup | La cocina como espacio vital 2017

Por Osvaldo Luppi.

En parte de tus obras vemos atrios y patios abiertos, paredes claras o blancas. ¿Qué impacto ha tenido tu percepción del entorno mediterráneo en tus proyectos?

Las casas en Buenos Aires viven en torno al patio. Es una herencia directa de los europeos, que a su vez lo heredan de los árabes. El patio ha estado presente en mi infancia desde mis primeros recuerdos. Es el espacio domestico más inclusivo de todos. La luz del mediterráneo es especial, y por lo tanto un patio mediterráneo es la quintaescencia del espacio vital doméstico. Hay algo de onírico en la luz que se refleja en una piedra caliza o un muro encalado. Te llama al silencio.

¿Cómo conjugas la creación individual y el trabajo en equipo en tu estudio, Olarq?

La manera que encaro cada encargo es como la de un escultor con su bloque de piedra. Hay un momento muy personal. Como si fuera lo primero, y a la vez lo último, que se fuese a construir en el universo. Con los años he sabido rodearme de un gran equipo humano y profesional en donde cada uno aporta su visión y eso hace que repercuta en un mejor resultado final. Pero aquel momento mágico procuro no perderlo. Casi siempre lo logro.

¿Quiénes dirías que han sido los arquitectos y otros profesionales o artistas que más influencia han ejercido sobre tu trayectoria?

Dejando de lado los grandes maestros y las modas universitarias, he procurado no verme influenciado por un arquitecto en particular. Escultores como Oteiza, cineastas como Fritz Lang o compositores como Philip Glass pueden evocar más arquitectura que un edificio. Lo mismo pasa con la literatura: Borges describe universos que parecen salidos de la mente de un arquitecto, y una vez que los imaginas, no se borran nunca de tu cabeza.

¿Cómo definirías tu mayor motivación para ejercer tu profesión?

Cada ladrillo que se coloca es un pequeño milagro. Ser parte de eso es extremadamente motivante. Quiero pensar que donde intervengo aporto algo que suma. Eso es lo más importante.

¿Cómo conjugas en tus proyectos trabajo artesanal y tecnología?

Me considero un arquitecto analógico desde lo conceptual. Creo que nuestra disciplina (para bien o para mal) no ha cambiado gran cosa en los últimos siglos. Seguimos imaginando y proyectando lo que creemos lo mejor con los medios de los que disponemos. Más allá de estilos, modas y movimientos, la arquitectura es primitiva como concepto. Lo tecnológico está más relacionado con los medios de reproducirla y con la construcción, que con la verdadera esencia de la arquitectura. 

 

Osvaldo y bulthaup

¿En qué te sientes cercano a los valores de bulthaup?

En el respeto por los materiales y la elegante simplicidad.

¿Cómo surgió la iniciativa de presentar tu proyecto de Mallorca al concurso bulthaup | La cocina como espacio vital?

Siempre he asociado Bulthaup como muy arquitectónico y cuando supe que organizaban el concurso, me pareció que la cocina en la casa M3 era un buen ejemplo de lo que se puede conseguir con el sistema b3.

¿Qué papel querías darle a la cocina bulthaup en este proyecto?

La cocina es el corazón de la vivienda moderna. Se puede prescindir de un salón con sofá y televisión, pero no se puede prescindir de una buena cocina con una buena mesa cerca. Ahí está la vida. En este proyecto, la irrupción del patio, como generador de vivencias, permite que la misma cocina se convierta en parte de él.

¿Cuáles son los aspectos del proyecto ganador del premio bulthaup 2017 en los que sientes que más has aplicado tus valores como arquitecto?

La claridad de la propuesta a nivel programático y la apuesta por materiales naturales y locales para su construcción. Cuando construyes bien una buena idea, no necesitas explicarla. Solo tienes que llamarte al silencio.

¿Cuál fue la razón determinante para la elección de una cocina bulthaup para este proyecto?

Necesitábamos una firma que representara los valores del proyecto y que se adaptara al diseño de la cocina dentro del esquema funcional de la casa. Sabiendo que la marca bulthaup otorgaba un plus de calidad, la elección fue muy fácil. También ha influido el hecho de trabajar hace muchos años en colaboración con la familia Nicolau.

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