bulthaup se estrena en un nuevo restaurante de Lisboa

bulthaup se estrena en un nuevo restaurante de Lisboa

bulthaup restaurant in Lisboa

bulthaup se estrena en un nuevo restaurante de Lisboa

En la cocina, como en otras zonas de la casa, no es infrecuente ver cómo los equipos, utilizados con éxito en el campo profesional, se adaptan para su uso doméstico. Lo que ya no es tan común es lo contrario: un sistema desarrollado para la casa utilizado en el exigente ambiente profesional.

Esto es lo que los responsables de Desenhabitado, Fernanda y Pedro Mendonça, propietarios de la tienda bulthaup en Lisboa, junto con el chef Vincent Farges, se han propuesto llevar a cabo en su nuevo proyecto, el esperado restaurante que pronto abrirá sus puertas en la capital portuguesa.

Este nuevo espacio presenta, entre otras novedades, una cocina que ocupa cerca de 100 m2 de una superficie total de 240, que estará equipada con mobiliario bulthaup y que podrán visitar los clientes.

La cocina bulthaup como protagonista

Este inusual protagonismo dado a la cocina es, en gran parte, fruto del conocimiento y la experiencia que Fernanda y Pedro tienen del mobiliario bulthaup con el que trabajan y de la supervisión del chef Vincent Farges. Pero es sobre todo parte de un concepto más amplio que nos desvela Pedro Mendonça: "Lo que normalmente ocurre a la hora de proyectar un restaurante es que se definen las áreas públicas obedeciendo a una determinada imagen, mientras que la cocina responde exclusivamente a consideraciones funcionales. Nosotros hemos optado por un enfoque diferente: una cocina pensada de fuera adentro. Para nosotros el restaurante es un todo orgánico y por ello la cocina es tratada a la luz de los mismos presupuestos que utilizamos para las áreas públicas. Si en la sala priman la pureza de líneas, la calidad de los materiales y el mimo por el detalle —desde la arquitectura hasta la iluminación, las servilletas o el mobiliario— y todo ello se conjuga para proporcionar una experiencia multisensorial, ¿por qué no incluir entonces en ese universo esa otra parte, la cocina, que es absolutamente esencial en un entorno de esta naturaleza? Y bulthaup se ha revelado fundamental en esta eliminación de barreras entre espacios".

El proyecto nació de la confluencia de una serie de ideas como la pasión por la gastronomía, las vivencias generadas alrededor de la mesa, el placer de compartir, la perdurabilidad y las emociones estéticas con valores como la autenticidad. En ese contexto, el espacio debía reflejar estas experiencias y principios, centrándose en los tres aspectos identificados como fundamentales: la gastronomía, la arquitectura y el equipamiento, los cuales debían ser tratados con el mismo rigor. 

 

Pedro Mendonça y Vincent Farges

Un emplazamiento excepcional en el Chiado

Situado en el espacio que albergó hasta hace poco la tienda bulthaup en Lisboa, en un edificio decimonónico de traza pombaliana, el restaurante se encuentra en el Largo da Academia das Belas Artes, en el Chiado, zona noble con magníficas vistas del centro de la ciudad y el majestuoso Tajo.

Su ubicación en una de las zonas más vibrantes de Lisboa, donde se encuentran algunos de sus mejores restaurantes, es sin duda una gran ventaja; pero, al tratarse de un área histórica, muy sensible desde el punto de vista arquitectónico y protegida por una estricta normativa, también planteaba grandes retos.

El proyecto le fue encargado al reputado estudio Guedes Cruz Arquitectos, que ya tenía en su haber la realización de diversas obras para bulthaup Desenhabitado y que aceptó el encargo con entusiasmo dado el interesante desafío que representaba.

"Un restaurante es siempre algo muy especial, aún más tratándose de uno de este nivel. Aunque ya habíamos trabajado con cocinas bulthaup en nuestros proyectos, en este caso se trataba de un espacio muy característico, un edificio pombaliano con elementos preexistentes muy importantes, como la azulejería que adorna las paredes o el suelo de madera". Al ser un edificio histórico concebido como vivienda, sus divisiones estaban definidas en función de una lógica completamente diferente, por lo que cualquier alteración prometía convertirse en un auténtico rompecabezas.

Sin embargo, el equipo compuesto por José Guedes Cruz, Marco Martínez Marinho y César Marques identificó con claridad los desafíos que planteaba el espacio. "La principal dificultad consistía en conjugar el condicionamiento de esas preexistencias con la necesidad de crear una identidad original, que contuviera un elemento de sorpresa sin obstaculizar la función primordial del espacio. Por otro lado, tendría que ser algo con sentido, que no resultara gratuito. Porque para nosotros este es un aspecto insoslayable. Todos nuestros proyectos parten de una filosofía coherente y ajustada al lugar, en la que todo debe responder a una razón de ser. Y en este caso no podía ser de otro modo. Desde el principio estuvo bastante claro todo lo referente a la división del espacio y a su funcionalidad, pues era el propio lugar el que nos imponía las decisiones".

 

Una distribución rompedora

La cocina ocupa el lado oeste del local, el que da sobre el Largo da Academia das Belas Artes. Es lo primero que se ve en cuanto se traspasa el umbral del restaurante, poniendo así en valor el trabajo que allí se realiza. Desde el pasillo que conduce a la recepción y acoge también una bodega de última generación, separado de la cocina por un único panel de vidrio, se puede atisbar el ordenado ajetreo del equipo en plena actividad, en un entorno en el que destaca el mobiliario bulthaup.

Es aquí, más que en cualquier otra parte, donde se pone de manifiesto el milimétrico nivel de detalle de un proyecto que sigue fielmente las enseñanzas de la escuela de Ulm, para la que funcionalidad, ergonomía y pureza de materiales son vitales en la creación de los espacios. La sala principal ocupa el lado situado al este, desde donde se divisan la Baixa y el amplio estuario del Tajo. Un entorno luminoso, de encuentro y celebración, en el que la cocina de Vincent Farges será la protagonista, y en el que los conceptos fundamentales del proyecto y la forma en que han sido interpretados por los arquitectos ganan mayor notoriedad.

Se trata de una intervención que pretende fijar la memoria del lugar al tiempo que no solo la libera, sino que la enaltece, confiriéndole al espacio una nueva identidad. Una solución ingeniosa y original, concebida como un todo, que genera una simbiosis perfecta para este nuevo restaurante que en breve abrirá sus puertas en Lisboa.

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