
Sandra Soler Studio surge en 2008 como evolución de otro estudio anterior, Mésdisseny, fundado también por la propia Sandra en el año 2006. El estudio nació con la vocación de dar respuesta a proyectos tanto profesionales como particulares. Y su filosofía, como declara su propia web, responde a una forma de mirar en busca de la esencia; se trata pues de crear espacios que provoquen emociones, simplificando lo complejo y convirtiendo el caos en algo funcional y bello a la vez.
Echando la vista atrás. ¿Recuerdas en qué momento comenzó tu interés por el interiorismo? ¿Hubo alguna experiencia o algún evento que te marcara ese camino?
Desde pequeña tenía curiosidad por ver los interiores de las viviendas: cómo estaban distribuidas y cuáles eran los materiales empleados.
¿Qué otros intereses te tentaron o seguiste en tu camino profesional?
Siempre tuve claro que me quería dedicar al mundo del interiorismo.
¿Cómo conjugas la creación individual y el trabajo en equipo en tu estudio?
La comunicación con el equipo es básica; con los años creas un entorno de confianza y te rodeas de profesionales que conocen tu manera de trabajar y tu nivel de exigencia.
Lo difícil es encontrar momentos de tranquilidad en los que poder evadirte de la intensidad del trabajo diario. Diría que mi trabajo no acaba cuando cierro la puerta del estudio, sino que mi mente siempre está conectada y que es en casa, cuando llego, donde me relajo y empiezo a crear.
¿Quiénes dirías que han sido los arquitectos, interioristas y otros profesionales o artistas que más influencia han ejercido sobre tu trayectoria?
A nivel nacional el interiorista Francesc Rifé es uno de los profesionales que más admiro y es con su filosofía conceptual a la hora de proyectar espacios con la que me siento más identificada.
También destacaría, entre otros, a Miguel Milá y su pasión por los objetos atemporales, John Pawson o Vincent van Duysen por su obra de estética minimalista o David Chipperfield por su sentido de la arquitectura.
Fotógrafo: Adrian Pedrazas Profumo