Armonía ecléctica

En el madrileño barrio de Chamberí, la pareja de arquitectos con dos hijos que se instaló en este magnífico ático de principios del siglo XX buscó alejarse de los cánones del minimalismo con los que suelen asociarse las casas de quienes ejercen su misma profesión. En este espacio luminoso y de techos altos, y en colaboración con el decorador Luc Deflandre, acuñaron su concepción de la belleza y de lo hogareño articulando una conjunción de materiales, tonos y objetos cargados de historia y de recuerdos. Puertas con vidrios pintados a mano, pavimentos de cerámica en baños y cocina, y una ecléctica pero armónica combinación de muebles, cuadros, objetos y libros: el resultado es un entorno con un sello totalmente personal.

Una reinterpretación de las cocinas de antaño

Fieles a bulthaup, los propietarios volvían a la marca por tercera vez; de hecho, una de estas cocinas está instalada en su residencia francesa de Versalles. De la experta mano de bulthaup O’Donnell, para su ático madrileño eligieron una cocina bulthaup b3 con un acabado en cerezo que armonizaba con los tonos del dibujo geométrico del pavimento y el color teja de las paredes, creando un espacio de cálido recogimiento. Esta acertada reinterpretación de la composición de una cocina de antaño dispone una simétrica U de módulos base y murales alrededor de una mesa central, dirigiendo las miradas hacia el panel situado tras la zona de cocción y la campana: allí, un mosaico de Delphine Messmer delinea sinuosas plantas y aves, reflejando los tonos tierra del conjunto. En un guiño al nombre de la calle –Marqués de Riscal—las molduras del techo se recrearon con secuencias de uvas y racimos.

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