En 1980, Gerd Bulthaup convence a Otl Aicher —creador del grafismo de los Juegos Olímpicos de Múnich y pionero del concepto de identidad corporativa —a colaborar con él. “La forma sigue a la función”, el principio rector del movimiento de la Bauhaus de Weimar para el diseño y la arquitectura, resulta decisivo para la concepción de los productos bulthaup, cuyo diseño se deriva de la función y la utilidad práctica.